Es sabido que la pasta soporta prácticamente "casi" todo y hoy le añadimos una salsa de naranja, por original que no quede.
La elaboración es muy sencilla y resulta un plato muy resultón, para esos días que viene alguien por casa con ganas de quedarse a cenar y la nevera es un páramo yermo.
Los ingredientes son media cebolla y el jugo de cuatro naranjas (como unos 300cl). He usado unos restos de pasta que estaban condenados al ostracismo en el fondo de un tarro de cocina.
Ponemos la cebolla picadita fina en la sartén con aceite de oliva virgen extra, ojo con la acidez del aceite que sino la salsa no sale sabrosa. Cuando la cebolla esta transparente, añadimos el zumo de naranja, subimos el fuego al máximo y cuando rompa a hervir, se baja el fuego, y a esperar que reduzca a un tercio su volumen. Por el camino le vais ajustando la sal.
En tiempo viene a ser lo que le cuesta cocer a la pasta.
Hay personas que la textura de la cebolla pochada les puede desagradar, para ellas se usa un colador grande y nos
ayudamos de un cazo para pasar la salsa, o bien con la batidora, pero incorpora mucho aire y suele amargar el resultado.
Escurrimos la pasta, no la lavamos, la metemos en un bol, volcamos la salsa, unas vueltas y a servir.
En la foto no se ve, un pimiento rojo italiano a la plancha completo el plato. También os recomiendo acompañarlo con una cerveza que tenga un toque dulce como la A.K.Damm para redondear el plato.
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