1 de enero de 2018

GRACIAS.



No encuentro mejor manera de comenzar el año, muchas gracias Guille Viglione por tan precioso artículo.




GRACIAS.
Tengo todo lo que necesito. Lo poco que echo en falta son recuerdos y no están en venta. Tengo una ducha con mucha presión, toallas suaves y sabanas blancas. Agua clara, aire limpio, silencio. Amor y otra gente con la que compartir proyectos. En estos tiempos crispados siento cierta sensación de tranquilidad. Tengo una cerveza fría a mano, salud y buen apetito. Disfruto de una vida confortable con techo, mesa de comedor, zapatos, calefacción y un sinfín de aparatos que se enchufan.

No es cierto que el tiempo pone a cada uno en su lugar. Es el azar el que decide y a mi me ha colocado en un sitio y un momento privilegiado. Vivo en una ciudad en la que otros sueñan con pasar unas horas. Las calles y las playas están limpias. Hay farolas, autobuses, ambulancias y otros servicios que funcionan. Tengo agua corriente, cuenta corriente, corriente eléctrica y otras cosas corrientes que en la mayoría del mundo son extraordinarias.

Mi pesadilla recurrente es despertar y descubrir que mi suerte era solo un sueño. Amanecer en Siria o en Sudán. Que me quiten mi casa. No ver crecer a mis hijas. No poder valerme por mi mismo. Verme obligado a pedir. Vivir lejos de la gente que quiero. Estar atado desde niño a un fusil o una máquina de coser. Embarcarme en una huida sin rumbo. Conformarme con sobrevivir.

En estas fechas no disfruto demasiado con la tradición de hacer y recibir regalos. Supongo que un día me di cuenta de que mi mayor regalo es disfrutar de lo que ya tengo.

Doy gracias cada día por ser consciente de ello.


(Artículo transcrito de Guille Viglione en Plaza de Guipuzcoa)




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