6 de julio de 2013

!SAN FERMIN 2013!

En estos tiempos tan retorcidos que nos está tocando vivir, en donde nada es lo que parece, en donde los valores están de capa caída, donde el pelotazo, la avaricia y la falta de honestidad nos ha llevado a donde estamos, quiero gritar más fuerte que nunca

VIVA SAN FERMIN

Viva la feria de toda la vida, la de la imaginación frente al dinero, la de ese pueblo que es Pamplona que sin nada o con muy poco creo las mejores fiestas, la fiesta, la de la improvisación, la de bailar con la charanga, la de invitarle al que sabemos que lo esta pasando mal, la de amigos de los de verdad, la de gozar, la de disfrutar en la calle, con lo poco, con lo genuino, con lo noble, con lo gracioso desde el respeto, con la gente, con los que somos así, sanfermineros. No al postureo, a la artificialidad, al cabreo, al politiqueo, a los patas, al lucir, a  supeditar la fiesta al alcohol, a los cerdos, a forzar situaciones, al destrozo, a la ciudad sin ley.

En mi casa hemos vivido en primera persona la evolución de la fiesta, con un padre fundador de peña(s). Sanfermines contados por el abuelo en primera persona, en plena posguerra, sacando de donde no había, con los primeros guiris. Sanfermines masificados tras hacerse famosos en el mundo entero. Sanfermines de peques, de vermut y gigantes, con el mono que baila para el niño y la niña. Sanfermines de adolescente en donde la noche era la reina y subir a la procesión, tras una cabezadica, era un esfuerzo titánico. Sanfermines con los cuarenta cumplidos, en donde las miradas de complicidad al ir con tu padre a los toros bastan para toda la feria, y ahora Sanfermines de niños, de papa, con abuelos, en donde ante el cohete del día 6, el encierro, la copa esperando a que pasen las mulillas, la música de eurovisión en los toros, los gigantes, los fuegos, las barracas, o una noche interminable con los amigos que no veías hace años y que encuentras por casualidad, sueltas una mueca socarrona e incluso una lagrimilla.

Sanfermineros de pro, de toda la vida, que con poco nos divertimos, que sentimos la fiesta en vena, estos son nuestros Sanfermines, como los de nuestros abuelos, que sin pasta, sin medios y con mucha imaginación nos los dejaron en herencia para que sean de todos y para todos. Llamarme sentimental, ingenuo, iluso o gilipollas, es lo que he mamado toda mi vida y......ya se sabe que "bebiendo vino nos conoce hasta el papa" que ya "llegaron las fiestas de esta gloriosa ciudad, que son el el mundo entero unas fiestas sin igual".

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