10 de agosto de 2013

BARRIL ITINERANTE DE CERVEZA WEIHENSTEPHANER


Una práctica que comienza a verse en cervecerias es la de las cervezas itinerantes, al estilo de los pop up restaurants. Que en idioma de Cervantes podiamos llamar efímero, temporal, interino, temporáneo, comisorio en vez de pop up, pero...cosas del marketing.

Durante tiempo limitado, podemos degustar un tirador de una cerveza diferente, especial o en oferta. En este caso, podemos degustar una de las variedades de cerveza elaborada por la cervecería Weihensthepan, la fábrica más antigua del mundo.

Desde 1040, en la ciudad de Frisinga, a unos cuarenta kilómetros de Munich, la abadía benedictina en sus comienzos y real fábrica bávara después, viene elaborando cerveza. Famosa porque la tomaban los peregrinos que llegaban a la abadía, junto con otra más fuerte para los abades, y la premium para el prior y personalidades ilustres.

La fábrica pertenece a la Universidad Técnica de Munich en donde se imparte la carrera de cervecería y tecnología de las bebidas. Esta fábrica son los talleres que utiliza la universidad en su proceso formativo, y donde se pasan los "controles más exigentes del mundo" para que se respete la ley de la pureza. Agua, malta o cebada, lúpulo y en fermentación levadura, simplemente.

Estamos ante una cerveza deliciosa, una blanca o de trigo, con mucho lúpulo, poco carbónico y que sorprendentemente está muy bien compensada, a pesar de una fuerte presencia de lúpulo. Lúpulo que le da un toque muy agradable y no ese amargor tan característico en las dry hopping inglesas que a todo el mundo no agrada. Un punto citríco y bastante cuerpo hacen de esta cerveza una de las mejores que he degustado últimamente en el mundo de las blancas.

Pasaos por la cervecería Manneken Beer en la calle Serafín Olave 9 de Pamplona y daos un homenaje. Os vaís a sorprender gratamente y descubrir que el cuerpo que tiene justifica que la cerveza se clasifique como alimento.


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