15 de agosto de 2013

NADA QUE VER DE BODEGAS MARTINEZ ALESANCO



Por fin y gracias a un amigo que estuvo en una cata ha caído en mis garras este vinillo. Vinillo que tenía tremendas ganas de catar. Monovarietal de una variedad poco habitual, maturana tinta. Una variedad que las bodegas Martínez Alesanco ha ido mimando y recuperando poco a poco estos últimos años.

De unas dispersas 35 cepas, esta bodega ha hecho desde el 2004 una recuperación de esta variedad de tamaño menudo y poco peso para elaborar un vino que hace honor a su nombre. Un vino seco, blando, goloso, oscuro, con fruta pero sin ser la protagonista. Como ese cóctel seco que te permite descubrir matices y sabores que de otra forma se escapan. Jugoso, potente, corpulento y a la vez sutil, un vino increíble.

Nada que ver, algo diferente y que en cierta manera te deja aturdido, confuso, con unas irrefrenables ganas de seguir bebiéndolo. Un must del cual no puedo dar precio porque fue un regalo. Un imprescindible.

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