9 de mayo de 2013

SOBRE LA XV SEMANA DEL PINCHO DE NAVARRA.


Ha finalizado la XV edición de la semana del pincho de Navarra 2013 en medio de una difícil situación económica como absoluta protagonista y, en donde el gremio hostelero es uno de los pocos sectores que la soporta estoicamente. En una situación así toca reinventarse, innovar, renovarse y ser competitivos.

Mejorar la competitividad no pasa por reducir salarios que acaban por menoscabar el oficio, o por reducir drásticamente los precios que machacan el sector a largo plazo u adoptar otro tipo de medidas "low-cost" a corto.

La semana del pincho es un ejemplo. A lo largo de sus quince ediciones ha conseguido año a año consolidarse como un acto que transciende lo gastronómico, convirtiéndose en uno de los eventos sociales más importantes de Pamplona. Desde sus primeras ediciones en donde el número de participantes asociados permitía que todos los pinchos fuesen degustados por el jurado, hasta hoy en día en donde se ha llegado a  superar los cien establecimientos participantes, ha ido evolucionando sin perder su objetivo y, llegar al formato que hoy conocemos. Con una meta clara, dar a conocer la gastronomía Navarra. Objetivo conseguido.

La semana del pincho ya no es un concurso para sus asociados, que también. Sino un escaparate del buen hacer de la hostelería Navarra, un reclamo turístico y un trampolín para el resto del año de los bares o restaurantes que participan.

Y desde esta realidad, hay que adaptarse, evolucionar. Es el momento. El formato actual que conocemos funciona, pero no es excelente debe avanzar. No es de recibo que pinchos de alto nivel gastronómico compitan con otros que no deberían estar en la misma categoría. Un visitante que acuda a la semana del pincho puede y no es improbable, irse con una idea muy equivocada y contraproducente dependiendo de los establecimientos que elija, es un hecho y que nadie se rasgue las vestiduras ni ponga el grito en el cielo.

Toda competición tiene que estar compensada, nivelada al menos en unos parámetros básicos. Es hora de crear secciones a modo de los festivales de cine.

Sección oficial que optan al oro, plata y bronce, con una fase inicial en donde un jurado seleccione previamente que pinchos entran y cuales no. Que el hostelero que vaya a la sección oficial apueste fuerte. Tener el galardón de mejor pincho de Navarra es algo muy serio e importante. Canalicemos los patrocinios a un sustancial premio económico o a una campaña publicitaria a nivel nacional del campeón. Un premio atractivo siempre atrae y bien diseñado genera unos retornos muy importantes.

Sección Reyno gourmet, con los productos de Navarra, que los ensalce, los lleve a otra dimensión, potencie visiones innovadoras o simplemente nos deje extasiados con una preparación tradicional realizada magistralmente.

Sección pincho novel, que quite el miedo a presentarse a muchos establecimientos. Que cada uno haga gala de lo que sabe hacer bien, quizás descubramos locales que están pasando desapercibidos.

Sección premio popular, del público. Elegido como hasta ahora, por votación popular.


Creo firmemente que es hora de que la asociación de hostelería de Navarra pare, reflexione y se marque nuevos objetivos en esta semana del Pincho de Pamplona y alrededores, que no de Navarra.

No pretendo menoscabar la labor de nadie, todo lo contrario. Llegar tan lejos no es fácil, no se consigue de manera espontánea, tiene muchas horas de trabajo, más de las que parece. Realizo estos apuntes desde el cariño a un semana que espero pacientemente todos los años y creyendo que, puede convertirse en unos de los eventos de referencia en gastronomía.

ELPEROLAS.



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