Lo bueno de esta receta es que podéis dejarla marcada o casi lista el día anterior y hacerla en unos cinco minutillos, ideal para esos días con cierta prisa a la hora de comer o si os vienen amigos y buscáis algo informal.
He usado dos pechugas de pollo enteras sin filetear para dos personas, que cortaremos en tacos de unos dos centímetros de lado, más o menos, que no estamos haciendo cocina japonesa. Doce trozos salieron de las dos pechugas, a seis trozos por brocheta, dos brochetas por comensal.
En un bol, ensaladera, cuenco... NO metálico, prohibido porque el ácido del marinado lo puede atacar y se os fastidia el plato así que, o plástico, o loza o cerámica, ponéis el zumo de dos limones, el de una naranja, una cebolla morada picada, un puerro, tomillo, orégano, unas vueltas del molinillo de pimienta blanca, sal gorda (que no sal, gorda que alguien se puede sentir ofendida) y muy muy poca canela, el punto exótico. ¿Que os gusta más mediterráneo y sin sabores "raros"? quitáis la canela y os cortáis un poco en el uso del tomillo y del orégano, y le añadís el zumo de una lima.
Se sumergen los tacos de pollo en el marinado, y se pone una lámina de plástico transparente (que no film, que ya vale de tanto anglicismo) a piel, lo en vulgaris cocinillas quiere decir pegadito al pollo marinado. Y al frigo hasta la hora de la comida. En total, toda la noche y una mañana marinando.
El ácido de los cítricos hace su trabajo por la noche y el pollo sale prácticamente hecho como en los ceviches, os recomiendo que pongáis un par de tacos extra para el cocinero en el momento del marinado para probarlo antes de que pase por el fuego y esta muy, muy rico.
Se toma el palito de brocheta, se ponen los tacos, un chorrete de aceite de oliva virgen extra (AVOE) sobre la carmela muy, muy caliente y doramos las brochetas por fuera, por dentro el marinado ya se ha encargado de cocinar por nosotros.
Para la salsa de cebolla, otro poco de aceite de oliva, vertéis el marinado y dejar reducir hasta que la cebolla este "al dente" nada de guisarla, se mete en el vaso de la batidora, se bate, se cuela y listo. Le podéis llamar coulis de marinado de cebolla morada que queda muy sofisticado.
La presentación como se ve en la foto, las brochetas apiladas y dando volumen, y un vasito de chupito con la salsa para ir pasando los trozos de pollo conforme los sacamos de la brocheta. Para mi gusto, es un plato que hay que acompañar con una cerveza potente y con mucho cuerpo, tostada o rubia, naparbier es muy buena opción.
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